Comunicación dirigida al Presidente de la República por el Grupo Acción Cristiana
Santo Domingo, D.N.
6 de octubre, 2021
Honorable Sr. Luis Abinader
Presidente de la República Dominicana
Distinguido Sr. presidente:
Respetuosamente nos dirigimos a usted para reflexionar sobre los hechos ocurridos el pasado fin de semana, en los cuales fue vilmente ejecutada una joven y laboriosa madre dominicana en estado de gestación, por parte de un miembro de la Policía Nacional. Este hecho ha provocado que nuevamente se levante el clamor popular, dado el grave estado de inseguridad en que vivimos los dominicanos.
No lograr este objetivo tendría consecuencias muy graves a nivel internacional en la percepción de esta nación como destino turístico, en las inversiones extranjeras y aun locales, como fruto de vivir en un estado de pánico por falta de seguridad y protección.
Tal y como se ha solicitado por diferentes medios, la reforma policial es necesaria y urgente, pero no debemos pensar que ésta va a resolver por sí sola el problema de la inseguridad ciudadana. Por más capacitada y depurada que esté esa institución, ella existe en un ecosistema social que está mostrando señales muy preocupantes, y el estado de la policía es sólo un reflejo más de esto.
Entre los males que han contribuido con este deterioro social se encuentra el avance del narcotráfico, que ha penetrado los partidos políticos, el poder legislativo, parte de la milicia y diversos sectores de la economía; la propagación de bancas de apuestas por doquier, que fomentan la ilusión de riqueza fácil y minan el ahorro de la población; la creciente pérdida de valores, que se ha potenciado como fruto de la difusión de antivalores a nuestra juventud por parte de muchos artistas urbanos; la validación de una cultura que promueve la depreciación de la vida humana, llegando al punto de reclamar el aborto libre como algo conveniente a la sociedad a través de ministerios gubernamentales; y el impulso de ideologías corruptoras que promueven la destrucción familiar, fomentan el individualismo, el hedonismo y la búsqueda de la satisfacción sexual, como si fuesen el mayor bien del hombre. A todo esto se agrega que, a pesar de los reconocidos esfuerzos que se están realizando por parte del Ministerio Público, la impunidad reinante parece vociferar a las nuevas generaciones que el trabajo honesto es obsoleto y que el crimen es lo factible.
Todos estos son elementos que han contribuido al deterioro de una vida cívica íntegra, en la que el trabajo arduo es visto como la única vía hacia el progreso personal; el abordaje efectivo de cada uno de ellos contribuirá con la seguridad nacional.
Apoyamos las demandas hechas por la sociedad de que debe haber un accionar inmediato que responda a las mejores prácticas en términos de seguridad ciudadana. Pero en adición a esto tenemos que revisar el alma de esta patria, la cual nació inspirada en el pensamiento de Juan Pablo Duarte, quien a su vez lo derivó de la palabra de Dios. Es ahí donde están los ideales que fundamentaron nuestro concepto de nación, y son esos mismos ideales los que deben impulsarnos adelante. Sin esos principios no avanzaremos, y aunque caminemos, no llegaremos a lugar seguro.
Nuestra oración es que Dios le dé a usted y a su gabinete la sabiduría, el discernimiento y el coraje para encauzar esta nación por el camino del verdadero progreso moral, que es el que garantiza la seguridad y la paz, sin las cuales ningún logro material sirve de algo.
¡Dios bendiga a la Republica Dominicana!
Atentamente,
Grupo Acción Cristiana
