La Ideología de Género puede ser definida como un conjunto de ideas anti-científicas que con propósitos políticos autoritarios desarraigan de la sexualidad humana su naturaleza, y la explican exclusivamente a partir de la cultura. La idea medular de la ideología de género es que sexualmente hemos sido construidos por nuestro entorno, y, en consecuencia, estamos llamados a “deconstruirnos”.
Sin embargo, los promotores de la Ideología de Género tienden a argumentar que la Ideología de Género en verdad no existe. Ahora bien, quienes argumentan que la ideología de género no existe, rara vez nos dicen qué entienden ellos por ideología, así que vale la pena considerar las definiciones. Ideología tiene dos grandes acepciones: una acepción clásica entiende a la ideología como un conjunto de ideas contrarias a la razón y contrarias a la ciencia. Esta concepción de ideología ha sido por ejemplo la de Carlos Marx, quien veía la ideología como un espejo a partir del cual uno veía su imagen invertida (sugería que las ideologías no describen al hombre y su situación en el mundo y la sociedad de un modo correcto, sino de un modo deformado, falso). Otra acepción de ideología la brinda hoy en día la ciencia política, que entiende por ideología un conjunto de ideas que, al margen de su veracidad o de su error, sirven para movilizar grupos sociales y políticos específicos
¿La ideología de género existe o no existe entonces? Tanto si tomamos la primera acepción como la segunda, la ideología de género es efectivamente una ideología. No solamente porque se opone a la ciencia biológica, a la anatomía, la fisiología, a la psico-biología, a la genética, a la embriología y a las neurociencias, sino porque además ese conjunto de ideas mistificadoras y falsas sirven para catalizar la movilización política de dos grupos específicos: las feministas más radicales, por un lado y los movimientos LGBT por el otro.
Ahora bien, el problema con la ideología de género No es simplemente que sea una ideología, ni es simplemente que sea anticientífica; el problema con la ideología de género es que representa un grave ataque a nuestras libertades individuales. La ideología de género no se puede sostener de no ser por el concurso del estado. No hay ideología de género sin estatismo que esté aplicando políticas de género. En consecuencia, lo que va a haber es un Estado en constante expansión a expensas de la libertad individual de sus ciudadanos.
