A finales del mes pasado, el Consejo de Estadísticas Vitales de Canadá hizo públicos nuevos datos sobre la tasa de mortalidad del país en 2022, citando el cáncer, las cardiopatías y el COVID-19 como las principales causas de muerte. Llamativamente, estuvo ausente el número de canadienses muertos bajo el programa canadiense llamado: “Asistencia Médica para Morir” (MAiD: Medical Assistance in Dying), a través del cual sucedieron 13,241 muertes el año pasado.
Cuando el público se percató de la omisión de las muertes por “MAiD”, las autoridades canadienses hicieron la aclaración: Las muertes por MAiD no se registran así, sino que se atribuyen oficialmente a cualquier dolencia que la persona alegue como motivo de su suicidio. Dado lo extendido que se ha vuelto el MAiD, eso significa que habrá muertes atribuidas al autismo, la ansiedad y otras afecciones no mortales.
Esto no sólo ocultará el aumento vertiginoso del número de personas que mueren en Canadá por asistencia estatal, sino que distorsiona los datos que los funcionarios de salud pública necesitan para hacer un seguimiento de las enfermedades y las tendencias de salud. Lo peor de todo es que envía el (falso) mensaje de que las discapacidades, las enfermedades mentales y el sufrimiento en general pueden ser tan mortales como el cáncer, si no somos lo bastante fuertes para manejarlos.
Eso es, tal como el citado “informe oficial”, una mentira.
Por: John Stonestreet para Breakpoint, Colson Center.
Foto: Foto de Pexels, Tima Miroshnichenko
Traducción cortesía de Johanna Luna
